Ministerio Excelencia - La mente de Pablo
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La mentalidad de Pablo

Por: Mario Néstor Fleita

ROMANOS, CAPÍTULO 1

Pablo tenía una forma de ver su ministerio y esfera de acción muy distinta de la que muchos de los líderes religiosos tienen hoy.
Leamos cada versículo del Capítulo 1 del libro de Romanos, meditemos en lo que dice sobre su personalidad y ministerio. Luego, saquemos conclusiones de su cosmovisión y apliquémosla en nuestras vidas de servicio:

Vs. 1
PABLO.
Las trece cartas de Pablo empiezan con el nombre del apóstol: Pablo. Se acostumbraba en esos días empezar una carta con el nombre y los saludos personales del que escribía, en lugar de colocarlos al final como lo hacemos hoy.

SIERVO.
Se consideraba antes que nada: un esclavo. Ministro, como un esclavo remero en los barcos de guerra, (iban encadenados, los golpeaban y remaban al ritmo del tambor).

LLAMADO.
Tenía una vocación que había venido directamente de Dios. Una responsabilidad que Él le dio para testificar ante el mundo como misionero. Básicamente, era el mensajero escogido de Dios a los gentiles.

APÓSTOL.
Con orden para entregar un mensaje. Apóstol: Este término se refiere aquí a los líderes de la iglesia primitiva que gozaban de:
1. prerrogativas para regirla con absoluta autoridad (Gl 1.8, 9; 1 Ts 4.8; 2 Ts 3.6, 14),
2. y hablar y escribir las palabras de Dios sin error (2 Co 13.3; 1 Ts 2.13; 4.15), las que se convertirían en parte de la Escritura misma (2.16; 1 Co 14.37; 2 P 3.15, 16).
Los requisitos para ser un apóstol en ese sentido eran:
1. haber visto a Cristo resucitado (Hch 1.22; 1 Co 9.1); y 2. haber sido comisionado por Cristo como apóstol (Mt 10.1–7; Hch 1.24–26; 26.16, 17; Gl 1.1). En este sentido estricto, en el día de hoy no hay más apóstoles porque no hay más Escritura que escribir. Pablo se considera a sí mismo «el último de todos» los apóstoles en haber visto con sus propios ojos a Cristo resucitado (1 Co 15.8 al 11).

APARTADO.
Separado para realizar una obra específica. Su ministerio es el evangelio, al cual llama «el evangelio de Dios» (v. 1), «el evangelio de su Hijo» (v. 9) y «el evangelio de Cristo» (v. 16). Afirma que sus «buenas noticias» no son algo nuevo que ha inventado, sino que el AT prometía la venida, muerte y resurrección de Cristo.

Vs. 5
AUTORIZADO. Equipado con las provisiones espirituales necesarias. Autorizado con unción. Dios te capacita con lo necesario para la misión que te encomendó. Sujeto, autoridad bajo autoridad.

Vs. 7
RESPETUOSO. Debemos notar las palabras que usa para comunicarse con la Iglesia, el pueblo santo. Un santo es un creyente vivo en Cristo Jesús. ¡Sólo Dios puede hacer de un pecador un santo! Pablo los trata como una iglesia gloriosa, como el cuerpo de Cristo.

AGRADECIDO.
¿Tenía más cosas para quejarse o para agradecer?

Vs. 9
ÍNTEGRO.
Servía en el espíritu, como un sacerdote en el lugar santísimo, donde nadie lo veía. Íntegro indica a alguien sin falsedad ni hipocresía. Indica a alguien que exteriormente se ve lo que hay en el interior, y que no se conserva un lugar en el fondo para apartarse de Dios, sino que expone su corazón y todos sus afectos, sin otra aspiración que la de consagrarse a Dios y dedicarse enteramente a él. No miraba con un ojo a un lado y con el otro, a otro. La verdadera entrega a Dios comienza en el interior; aunque en el mundo tengamos la mejor apariencia ante los hombres, y aunque conduzcamos nuestras vidas tan bien que todo el mundo nos aplauda, si no tenemos esta sinceridad e integridad ante Dios de nada nos servirá.

Vs. 11
MAESTRO. Él prefería comunicar cinco (5) palabras con su entendimiento. comunicaros, metadidomi: Dar, compartir, impartir, distribuir, conceder. La palabra implica liberalidad o generosidad. Es usada para exhortar a quienes tienen dos túnicas a que auxilien al que no tiene ninguna (Lc 3.11); para animar a la gente a que dé con gozo rebosante (Ro 12.8); e instar a trabajar con laboriosidad, a fin de dar al que está en necesidad (Ef 4.28).

Vs. 12
CONCIENCIA DE CUERPO. Doy, pero también recibo. Los que damos necesitamos recibir. Nuestra fe en común nos da un lenguaje y propósito comunes para animarnos unos a otros. Compartí la unción. Compartí tu ministerio, tus dones. Convidá!

Vs. 13
TENÍA UN PROPÓSITO.
No golpeaba al aire, como un loco. Sabía contra qué y cómo pelear.

SUMISO.
Estaba impedido pero se mantenía firme. Humilde, con paciencia. Tres años después llegó a Roma.

Vs. 14
RESPONSABLE.
Llevar el mensaje sin que importe las barreras culturales, sociales, raciales ni económicas.

Vs. 15
LISTO.
Significa que tenía como un fuego que lo quemaba por dentro. Estaba listo, pronto para predicar, enseñar y servir.

Vs. 16 SIN VERGÜENZA.
No se avergonzaba del Evangelio. Pablo no se avergonzaba porque su mensaje era el mensaje de Cristo, las buenas nuevas. Era un mensaje de salvación, poderoso para cambiar vidas. Y, esa es la mejor prueba de que el Evangelio es poder de Dios:
EXHIBIR VIDAS TRANSFORMADAS.

 

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