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El SHOW...

de Juan el Bautista

Por Mario Néstor Fleita

 

Isaías 40.3 Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios.

Si nos imaginamos al Antiguo Testamento como un gran Programa de TV, podríamos decir que Malaquías hace el cierre de transmisión y se despide anunciando a Elías.

Mal 4:5 »Miren, voy a enviar al profeta Elías a ustedes antes de que llegue el día del Señor grande y terrible. Mal 4:6 Elías ayudará a reconciliar a los hijos con sus padres, no vaya a ser que venga yo y destruya la tierra por completo». Después corta... y nada de imagen Shhhhhhhhhhhhhhhhhhh

400 años después... Aparece en escena un ser muy particular: Juan el Bautista. Muchos pensarían: Un tipo “raro” para ser religioso: vivía en el desierto, no comía pan ni tomaba vino. Comía langostas.

Mat 3:4 La ropa de Juan era de pelo de camello y tenía una tira de cuero en la cintura. Su comida era langostas y miel del campo.

Convengamos que ciertos insectos se usaban como alimento y que una costumbre árabe era cocerlos con mantequilla, después de quitarles la cabeza, patas y alas. Encontramos en Levíticos 11:

20 Todo insecto alado que anduviere sobre cuatro patas, tendréis en abominación. 21 Pero esto comeréis de todo insecto alado que anda sobre cuatro patas, que tuviere piernas además de sus patas para saltar con ellas sobre la tierra; 22 estos comeréis de ellos: la langosta según su especie, el langostín según su especie, el argol según su especie, y el haga según su especie. 23 Todo insecto alado que tenga cuatro patas, tendréis en abominación.

Señoras y señores... ¡un espectáculo!

Mat 3:5 En ese tiempo, la gente venía a escucharlo desde Jerusalén, de toda la provincia de Judea y de toda la zona alrededor del río Jordán.

Juan el Bautista era todo un espectáculo, tenía más rating que los famosos de hoy. Y fíjate que él no iba a las ciudades, ellos venían a él ¿Por qué? Jesús les dijo,

Mateo 11 y 17.9, ¿que salieron a ver? ¿Una caña que se sacude de acá para allá? No señores. No Juan no era inestable, Juan tenía convicciones muy firmes y sobre todo, no era una celebridad que disfrutaba de fama y lujos; era un siervo dispuesto a sufrir por Cristo.

¿Por qué Juan atraía tanta gente?

Entre otras cosas, era el primer profeta verdadero en el lapso de unos 400 años y era muy valiente. Entre sus hechos más bravos, encontramos que enfrentó al rey Herodes y a los líderes religiosos, lo que no sólo era peligroso sino fascinante para la gente común.

Sin embargo, Juan también tenía palabras duras: ellos también eran pecadores y necesitaban arrepentirse. Su mensaje era poderoso y real. La gente estaba esperando a un profeta como Elías (Malaquías 4.5) y ¡Juan parecía serlo!

El bautismo

Cuando te lavas las manos, enseguida quedan limpias. Pero el arrepentimiento tiene lugar en lo interior, fuera de nuestra vista. De manera que Juan se valió de acto simbólico que la gente podía ver para comunicar verdades espirituales: el bautismo. El bautismo lo usaban los judíos para iniciar a los convertidos al judaísmo. De modo que la audiencia de Juan conocía bien el rito.

El bautismo era señal de arrepentimiento y perdón. Arrepentirse es «cambiar de actitud», e incluye un cambio de conducta. Es dar vuelta del pecado hacia Dios.

¿Usted se ha arrepentido del pecado en su vida? ¿Pueden ver otros la diferencia en usted? Una vida cambiada con una conducta nueva y diferente hace del arrepentimiento algo real y visible.

En el río

El río Jordán tiene unos 110 km de largo, en lo que sería la parte más importante, esto es, entre el Mar de Galilea y el Mar Muerto. Jerusalén se halla unos 30 km al oeste del río. Era el límite de Israel en la parte este y muchos acontecimientos reveladores en la historia de la nación tuvieron lugar allí. En el río Jordán los israelitas renovaron su pacto con Dios (Josué 1, 2). En ese mismo lugar Juan el Bautista los invitó a hacer lo mismo, esta vez a través del bautismo.

Los duros religiosos

Los líderes religiosos judíos estaban divididos en grupos diferentes. Dos de los más prominentes eran los fariseos y los saduceos. Los fariseos se separaban de todo lo que no fuera judío y seguían escrupulosamente tanto las leyes del Antiguo Testamento como las tradiciones orales que les había llegado a través de los siglos. Los saduceos creían que solo el Pentateuco era la Palabra de Dios (de Génesis a Deuteronomio). Mayormente eran descendientes de la nobleza sacerdotal, mientras que los fariseos venían de todos los niveles sociales. Ambos grupos se rechazaban mutuamente, pero en forma conjunta se opusieron a Jesús.

Juan el Bautista criticó a los fariseos por ser legalistas e hipócritas que seguían al pie de la letra la Ley mientras pasaban por alto su verdadera intención. Criticó a los saduceos por usar la religión para favorecer su posición política. Los llamó, a los religiosos, no a la gente común: generación de víboras.

Mat 3:7 Muchos fariseos y saduceos vinieron para ser bautizados. Cuando Juan se dio cuenta de esto, les dijo: "¡Partida de víboras! ¿Quién les advirtió que escaparan de la ira de Dios que está por venir? Mat 3:8 Vivan de tal manera que demuestre que realmente han cambiado. Mat 3:9 Y no me vengan con que 'Abraham es nuestro antepasado', porque les aseguro que Dios puede convertir hasta estas piedras en descendientes de Abraham. Mat 3:10 Dios ya tiene lista el hacha para cortar los árboles de raíz. El que no produzca buenos frutos será cortado y echado al fuego para que se queme.

El poder de Elías

El esperado poder de Elías estaba en las palabras de poder que Juan decía. Elías cuando oraba, caía fuego del cielo. Y, también como dice Santiago oró para que no llueva y no llovió.

Juan tuvo poder pero para hacer volver a Dios, los corazones malos. Podríamos decir que Juan el Bautista tuvo el poder de TRASPLANTAR CORAZONES.

El decía CONFIESEN SUS PECADOS: Y LA GENTE SE ARREPENTÍA y confesaban sus pecados. ¿A quién le gusta confesar sus pecados públicamente? Hay que tener una gran convicción de pecado para hacerlo.

Él decía BAUTIZAOS. Y LA GENTE SE BAUTIZABA.

Mat 3:6 Confesaban sus pecados y Juan los bautizaba en el río Jordán.

Jesús dijo que Juan el Bautista era el Elías que la profecía había predicho que vendría:

Mateo 11.12 Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan. 13 Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan. 14 Y si queréis recibirlo, él es aquel Elías que había de venir. 15 El que tiene oídos para oír, oiga.

Un ángel dijo que Juan el Bautista tendría el poder de Elías para “transplantar corazones”:

Lucas 1.13 Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan. 14 Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento; 15 porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre. 16 Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos. 17 E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.

La misión

La misión de Juan el Bautista fue más que un show, su encargo fue anunciar la venida de aquél que tienen un nombre sobre todo nombre, el que tiene toda potestad en el cielo y en la tierra, el principado, el señorío y el poder.

Juan fue un enviado de Dios.

Juan el Bautista fue el mayor profeta porque fue el precursor de Jesucristo.

9 Pero ¿qué salisteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo, y más que profeta. 10 Porque éste es de quien está escrito: He aquí, yo envío mi mensajero delante de tu faz, El cual preparará tu camino delante de ti. 11 De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él. 12 Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.

 

 
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